jueves, 29 de mayo de 2008

Modos de los tiempos

Por Ángeles Álvarez Moralejo
¿Alguien se ha parado a pensar, que los modos de los verbos en español forman parte de la economía lingüística de la lengua?
Pues sí, me gustaría demostrar cómo haciendo uso de un modo (Indicativo) o de otro (Subjuntivo), los hablantes comunicamos contenidos diferentes y economizamos, en algunos casos, muchas palabras.

Para dar explicación a esto, establezcamos algunas estructuras de la lengua, tanto en oraciones simples como en oraciones compuestas. Pongamos por ejemplo:

a) Tal vez está en casa
b) Tal vez esté en casa

En estas dos oraciones simples, estamos expresando duda, sin embargo en a) la duda es muy leve, es decir el hablante tiene poca duda, está casi seguro, y eso es lo que nos comunica; en cambio en la b) el hablante nos está añadiendo muchísima duda, y nos quiere decir “No tengo ninguna idea” “No me preguntes porque no sé nada de nada respecto a eso”. Evidentemente, al usar un modo u otro, estamos economizando lengua.

Pongamos ejemplos en oraciones subordinadas, en esta ocasión planteemos el tema en dos tipos de oraciones: Adjetivas y Concesivas.

a) Quiero hablar con los que pertenecen a este club.
b) Quiero hablar con los que pertenezcan a este club.

En el caso de estas dos oraciones adjetivas, gramaticalmente son correctas las dos, pues todas ellas pueden llevar Indicativo (si el antecedente es conocido por el hablante) o Subjuntivo (si el antecedente es desconocido por el hablante). Ahí esta la economía lingüística.
En el caso a) el hablante está omitiendo un contenido que está expreso en el uso del indicativo, es decir (“yo conozco a esas personas y puedes preguntarme por ellas pues te puedo dar toda la información que desees”). En el caso de b), omite lo contrario, es decir (“Yo no conozco a esas personas, sé que hay personas que pertenecen a este club, pero no, quiénes son, por lo tanto no podría darte información en el caso de que la desearas”).

Sucede lo mismo en el caso de las oraciones concesivas:

a) Saldré de clase aunque está lloviendo.
b) Saldré de clase aunque esté lloviendo.

El hablante expresa a) cuando conoce el hecho del que habla, es decir (“Sé que está lloviendo porque lo he visto con mis propios ojos”). En el caso de b) puede expresar dos cosas: bien (“No tengo ni idea de si está lloviendo o no, no lo he visto”) o (“Sé que está lloviendo, pero me da lo mismo, no voy a hacer caso de lo que tú me dices”)

Estas oraciones, según la Gramática, pueden llevar Indicativo o Subjuntivo, en el caso de que las demos como posibles, la regla establece el uso del Indicativo cuando el hablante ha comprobado el hecho al que se refiere, y Subjuntivo, cuando o bien no ha comprobado el hecho del que está hablando, o bien se opone a la idea de otra persona aunque haya comprobado el hecho. Aplicando la regla nos damos cuenta de que el uso de un modo u otro, nos lleva a economizar lengua, en cantidad de estructuras que usamos todos los días de manera inconsciente, pero que para un estudiante de español como lengua extranjera resultan imprescindibles a la hora de aprender ciertas estructuras lingüísticas.

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