lunes, 26 de mayo de 2008

Economía lingüística en presentadores

Por Ángeles Álvarez Moralejo
¿Por qué les resulta tan difícil a los estudiantes extranjeros el tema del artículo? Sin embargo usan otros presentadores con total seguridad y corrección. Esto es algo paradójico y creo que la respuesta está en que los profesionales que nos dedicamos a la enseñanza del español no sabemos explicárselo bien. O tal vez, por falta de reglas fijas, tampoco nosotros nos atrevamos a establecer aquellas que pueden permitir al alumno entender de manera lógica su uso.

Si partimos de la base, de que el artículo es un presentador, tenemos que saber que se llama así porque presenta a un sustantivo, quiere decir que va delante de un sustantivo o de cualquier palabra sustantivizada. Por lo que cuando usamos un sustantivo en la frase siempre debemos presentarlo con un artículo (u otro presentador: adjetivos indefinidos, numerales, posesivos, demostrativos).

La siguiente cuestión que debemos plantearnos es la de la función que desempeña el sustantivo en la frase. Solamente puede aparecer en tres situaciones, como Sujeto de la oración, Complemento directo o formando parte de un Sintagma Preposicional. Podríamos decir que en las tres situaciones debemos usar el artículo.

¿Por qué desaparece en muchas de estas posiciones? Se trata de economizar lengua. En el caso del Sujeto sólo podemos omitir el artículo cuando éste es un infinitivo o una oración completa. Cuando se trata del Complemento Directo, el artículo tiende a desaparecer cuando usamos un nombre partitivo o abstracto, o se trata de nombres de disciplinas (Matemáticas, Geografía...) y en el Sintagma Preposicional, exactamente igual que en el caso del Complemento Directo y además cuando usamos las palabras “casa” y “clase” propias.

La economía lingüística explica muchas de las dudas y problemas que se plantean en la clase de español como lengua extranjera.
¿Por qué podemos decir: “Estoy en la casa”, “Estoy en una casa”, “Estoy en casa”?
Decimos “Estoy en la casa”, cuando se trata de una casa conocida por el hablante y por el oyente, o se trata de una casa única. “Estoy en una casa”, lo decimos cuando la casa no es conocida por hablante u oyente, o no es una casa única, sino que hay varias. “Estoy en casa”, lo usamos cuando se trata de “mi” casa, por lo que en este caso omitimos el presentador, pero nuestro interlocutor entiende que se trata de la casa propia del hablante.

Si partimos de la norma que establece que cualquier sustantivo o palabra sustantivizada debe llevar un presentador, no entendemos por qué podemos decir “estoy en casa”, ya que se trata de un Sintagma Preposicional, y por lo tanto cualquier sintagma de este tipo está formado por Preposición + S. Nominal (S.N = Presentador + Sustantivo). La omisión del presentador en este caso sólo tiene una explicación: economía lingüística. Sin embargo sólo podemos omitir el presentador en el caso de que se trate de casa propia, por lo que se aplica en el caso del posesivo correspondiente al sujeto de la oración. Sucede lo mismo con la palabra “clase” y a veces, con la palabra “cama”: He pasado en cama todo el fin de semana.

Otro caso es el de los infinitivos, cuando funcionan como sustantivos. Deberían llevar un presentador en cualquier posición dentro de la frase, sean el sujeto, el C. Directo o como núcleo de un sintagma preposicional, sin embargo la omisión del presentador es la norma general en la lengua tanto hablada como escrita.
Así decimos:
Me gusta estudiar y no *Me gusta el estudiar.
Pienso ir y no *Pienso el ir.
Es muy elegante en vestir y no *en el vestir.

Aunque si usáramos el presentador, hablaríamos correctamente.


La única explicación que encuentro a este tema es la omisión del presentador por economía lingüística, y así se lo explico a mis alumnos en clase. Verdaderamente esta regla no es ninguna panacea, pero sí ayuda al estudiante de español como lengua extranjera a aproximarse mucho al uso correcto del artículo.

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