martes, 27 de octubre de 2009

Cubitano-Vinatero

Por Ángeles Álvarez Moralejo
¿Os habéis parado a pensar que cuando hablamos cometemos algunos vulgarismos o errores que lo hacemos sin darnos cuenta? Pues sí. Pero, esto no es malo, ni lo que pretendo con esto es criticar la forma de hablar de nuestro pueblo (Cubo del Vino), ya que forma un rasgo distintivo de nuestra localidad y nos hace más auténticos. Sucede, de manera involuntaria por nuestra parte, por el abandono al que ha estado y está sometida nuestra zona por parte de la Administración pública, a quien no le interesa nuestro nivel cultural, sólo tienen un interés electoral; sin embargo no somos las únicas víctimas, son muchos los pueblos españoles que sufren la misma lacra, y nos conformamos porque ”mal de muchos, consuelo de todos (o tontos)”.
Después de prestar un poco de atención a las conversaciones cotidianas a las que nos enfrentamos todos los días y que por lo tanto nos resultan familiares, me he atrevido a transcribir alguna para que os deis cuenta de los errores lingüísticos que cometemos. Probablemente os parezca exagerado, pero os aseguro que son palabras elegidas y escogidas de entre nuestros vecinos:
- María ¿Ande vas? (a dónde vas). ¿A ponerte la indición (inyección)?
- No, voy a la tienda a por bayonesa (por mayonesa/ mahonesa) para la ensaladilla.
- Pues yo hoy he estado haciendo cocretas (croquetas), algo ligero porque con eso del conesterol (colesterol) no sabe uno qué comer.
- ¡No creas, que es un poblema (problema)! A mí ahora me ha dicho el médico que tengo diabetis (diabetes)
- Todos tenemos algo, mira yo entre las almorroides (almorranas), la reúma (el reúma) y la atrosis (artrosis) tengo entumido (entumecido) todo el cuerpo.
- Pues ayer vi un pograma (programa) en la tele que hablaba de eso y decía que te se (se te) duermen las piernas y los brazos.
- Sí, yo también tengo un planfeto (panfleto) informativo que me trajon (trajeron) mis hijos y dice lo mismo. La humedad me va muy mal, hoy estoy que no puedo con mi cuerpo después de la trompa (tromba) de agua que cayó ayer.
- ¡Qué le vamos a hacer! ¿Habrá que conformarse con lo que Dios nos mande! Hay cosas peores.
- Sí, mira el hijo de la vecina que es drogadito (drogadicto) Y ¡qué malito está últimamente! Dice que todos los días tiene que tomar no sé cuántas cláusulas (cápsulas) ¡Pobre, lo que estará pasando su madre, con lo que es!
- Ahora dice que se ha comprado una amoto (moto) y tiene miedo de que algún día le pase algo, porque no tiene la cabeza como debería. No creas, que eso son poblemas y no otros.
- ¿De qué nos quejaremos? Fíjate su hermano con lo del paralís (parálisis)
- Desde luego hay familias desgraciadas. ¡Qué le vamos a hacer!
- ¡Que Dios nos dé salud!
- Bueno, te dejo porque me se (se me) queman las lentejas.
También tenemos expresiones propias y únicas en nuestro pueblo que configuran parte de nuestra idiosincrasia, se trata de localismos que se han formado en nuestra jerga con diferentes orígenes, bien por el nombre de determinadas zonas de nuestro término:"Irse para Pimpanilla" (morirse) o "Ser como los pájaros de la Vega" ( no hacer caso, no obedecer). O bien por actitudes u ocurrencias de determinados habitantes que han vivido en nuestro pueblo: "Pasar más hambre que los pavos de Manolo", "La medida del tío Valerio" o "Ser de la tía Pelicana", unos de uso general y otros, a veces, de uso estrictamente familiar.
Pero lo que sin duda nos diferencia más de todo el mundo es nuestro gentilicio. Nos llamamos CUBITANO-VINATEROS, de esto sí que debemos sentirnos orgullosos, pocos son los lugares que tienen un nombre tan culto. ¡Paradojas de la vida!

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