lunes, 21 de junio de 2010
Hipótesis en el Mundial 2010
sábado, 19 de junio de 2010
Monotonía
Ya Antonio Machado en su “Recuerdo Infantil”, acuña el término de monotonía:
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Siempre nos estamos quejando de hacer todos los días las mismas cosas y nada más lejos de la realidad, al menos para mí. Monotonía significa exactitud en las acciones cotidianas que realiza una persona. A grandes rasgos, podemos decir que es así, pero si somos optimistas y sentimos el deseo de romper con la misma, sólo tenemos que ponernos a pensar en un día normal de nuestra vida, analizar cada acción que realizamos y nos daremos cuenta de que no existe tal monotonía.
Todos los días, de lunes a viernes, suena mi despertador a la misma hora (7:20) y me levanto rápidamente, pero puede haber segundos o décimas de segundo de diferencia entre un día y otro. Voy a la cocina, me pongo un café, sin embargo hay días que tengo que poner la cafetera; en cambio otros, hay café hecho del día anterior. Lo caliento en el micro, eso sí, siempre son 30´´; a veces cojo la sacarina antes de calentarlo, otras tengo que abrir el armario para cogerla después. Me voy a la ducha, el agua no siempre tarda el mismo tiempo en salir caliente, ¿lavado de pelo o ducha rápida?, cada día es diferente. Al mismo tiempo escucho las noticias de la radio y aunque últimamente sólo se habla del monotema “crisis”, hay días que también se ponen sobre la mesa otras noticias, por ejemplo ahora los chicos de “
Salgo de casa a las 8:30, hay días que está el portero, hay días que no. Eso sí, el día que me lo encuentro, es el único momento del día en que noto lo monótono, pues siempre es lo mismo: “Buenos días” “[Tudo bain?]" (¿brasileño o portugués?). La respuesta no se presta a ningún tipo de creatividad.
Por la calle, siempre las mismas personas, hoy ha sido diferente pues me he encontrado a un nuevo mendigo, éste no estaba ayer.
Al pasar por Sol, me doy cuenta de que el guardia, que ocupa el puesto de vigilancia en el edificio de
Abro las ventanas, ¡Vaya hoy tendremos un buen día de sol o tal vez llueva esta tarde! Mis plantas me sorprenden, pues cada mañana me sonríen con hojas nuevas o incluso se atreven a ofrecerme alguna tímida flor.
Comienzo las clases, aquí es donde la monotonía desaparece, ya que los estudiantes extranjeros hacen que cada clase sea diferente, aun explicando siempre de la misma forma. Una misma frase puede dar lugar a infinitas interpretaciones, errores, situaciones, etc. etc. Y no digamos en el tema de las palabras, después de hacer el payaso hasta la saciedad en clase a fin de que comprendan un significado en el contexto de que se trata, y llegando tu esfuerzo a la inutilidad total, les dices que busquen en el diccionario la palabra en cuestión con la esperanza de que la comprendan, sin embargo no cogen el significado denotativo de la misma, sino que van a coger el tataranieto de la connotación más remota. En fin, siempre aprendes y ese aprendizaje te saca de la monotonía y te enriquece. Hay días que pienso que es injusto que cobre por mis clases, sería más justo que les diera las clases gratis o que, incluso, les subvencionara con una bonificación, no tienen ni idea de lo que aprendo diariamente con ellos.
Al final del día, siempre se presenta de improviso algún amigo, exalumno o conocido para tomar algo. Al ser muy frecuente, podríamos pensar que se trata de otro elemento monótono en nuestra vida, pero ¡Qué va! Ellos hacen que el ritmo de la vida se acelere y discutamos, riamos, comentemos o incluso filosofemos sobre los últimos acontecimientos.
De vuelta a casa, nunca a la misma hora, siempre más tarde de lo que lo hace la gente normal, lo típico: te pones el traje de luces (como dice mi amiga Almu), ves la caja tonta, que es más tonta que nunca, te entra la somnolencia y a dormir. Aquí es donde sí que aparece la monotonía, en el sueño, no puedes controlar tu subconsciente, supongo que cada día son sueños diferentes, pero en definitiva, "los sueños, sueños son” como dijo nuestro admirado Calderón ¡Mañana será otro día! Y verdaderamente es así, cada día nos ofrece pequeñas sorpresas que pasan desapercibidas, pero son las que nos aportan las vitaminas necesarias para vivir. Simplemente debemos dar rienda suelta a nuestra observación de la realidad y nos daremos cuenta de que la monotonía sólo existe para cierta gente y no para la mayoría.
lunes, 14 de junio de 2010
Elogio a la poesía
Tengo que reconocer que, aunque me apasiona la poesía, debería asumir, como hizo Cervantes en su momento, su sentencia: “Me gustaría tener de poeta la gracia que no quiso darme el cielo”. Cervantes lo expresó con la impotencia de convivir con el Fénix de los Ingenios, Lope de Vega, que fue capaz de escribir diariamente más de 300 versos, ¿ripios? Fuera lo que fuera, fue el más grande en su época y reconocido en vida como pocos lo consiguieron.
Pues bien, en este país que ha dado y continúa dando grandes poetas en todas las épocas, no sería fácil, para una ilusa como yo, ponerme a su altura ni siquiera en los ripios, pues no le llegaría ni a los calcañales; sin embargo, como estamos en una sociedad libre, todos tenemos derecho a hacer nuestros pinitos en todo, eso es humanismo: no debemos dejarnos vencer por nada y tenemos que atrevernos a todo, sólo de esa forma seremos más libres, pues el saber, libera y la ignorancia, esclaviza. Este pensamiento me lo enseñó mi apreciado profesor de literatura en mi época de estudiante en
Pero volvamos al tema que nos ocupa: la poesía. Ya desde los Cantares de Gesta y sus hijos los Romances, hasta la poesía desnuda de los poetas del 27, siempre he sentido fascinación por este tipo de literatura, pues me parece increíble contar tanto y expresar tantos sentimientos con tan pocas palabras y de una manera tan lírica, y que produzca el milagro de ser tan atemporal y universal, en el sentido de que todo el mundo se puede identificar con lo que escribe un poeta como algo personal. Podríamos decir que la poesía condensa toda la economía lingüística en el mundo de la expresión.
Por lo tanto y con permiso de todos los grandes maestros de la poesía, con toda la humildad del mundo y siendo consciente de que a nadie le podría hacer competencia, ahí va uno de mis poemas:
¿Es la complicidad de tu mirada
o son tus gestos?
¿Es el dulce aroma de tu cuerpo
o son tus besos?
¿Qué es lo que me taladra tan dentro?
Aire, viento,
aura, silencio,tiempo,
mar, vuelo,
orilla,
horizonte…
¿Qué es lo que me impide tener tu aliento?
¡Tan lejos en la distancia
y tan cerca en el recuerdo!
Para salir del cenegal
en que me encuentro,
no deseo que nuestras almas
se anuden en el viento,
sino que nuestros cuerpos
se unan sin recelo,
y que formen una esencia
etérea, intangible y perfecta
donde nadie pueda vernos.
(Ausencia)