jueves, 14 de marzo de 2013

El Papa Paco

Por Ángeles Álvarez Moralejo

Por fin ayer tras un cónclave rápido salió elegido el nuevo Sumo Pontífice, rompiendo todas las quinielas que había en torno al nuevo Papa, fue designado el argentino Jorge Mario Bergoglio. Lo que más me ha fascinado ha sido el nombre que ha elegido: FRANCISCO, no podría ser el nombre mejor del nuevo Papa, que ha decidido apelarse de esa manera por primera vez en la historia desde que San Pedro adquiriera el nombre que le dio la piedra sobre la que edificó la Iglesia encomendada por Cristo. Hace el número 266 en la lista de Papas que han construido la historia de la Iglesia. No ha querido heredar ningún otro nombre de sus antecesores: ni Juan, ni Gregorio, ni Clemente, ni Pío, ni León, ni Benedicto, ni Alejandro, ni Inocencio, ni Pablo, ni Urbano, ni Julio, ni Calixto, ni Bonifacio, ni Nicolás, ni Pedro; ha elegido un nombre sencillo a imitación de grandes santos como Francisco de Asis o Francisco Javier.
Es un nombre que en poco difiere la fonética de su pronunciación en las diferentes lenguas, puede ser Frank, o Francis, o Francesco, o Francisco; de esta manera cuando lo llamemos habrá unidad en todas las voces, por algo se empieza.
Sin embargo en nuestra lengua, que es la suya, será el Papa Paco que es el hipocorístico  (a San Francisco de Asis se le conocía como “Pater Comunitatis” al fundar la orden de los franciscanos, de ahí Paco) con el que se conocen familiarmente a todos los Franciscos. Eso nos dará mayor proximidad a un Papa que además habla nuestra misma lengua, pues eso, será el Papa Paco y para los andaluces seguramente será el Papa Curro.
Esperemos que la sencillez de su nombre refleje también la sencillez y humildad de una persona que acaba de tomar el timón de un gran barco que es la Iglesia. Que sepa acercarse a los pobres y se enfrente con valor y decisión a todos los problemas que hay dentro de la Iglesia a fin de sanearla y hacer que los creyentes vuelvan a confiar en quienes la dirigen.
¡Mucha suerte y salud al nuevo Papa Paco! 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Los brotes verdes

Por Ángeles Álvarez Moralejo

Apuntaba el alba cuando comenzaron a oírse ruidos de motores que hacía mucho tiempo, desde que el gobierno se dignó a construir la autovía de la Ruta de la Plata, habían abandonado las pocas y sinuosas calles del pueblo. Sin embargo, el día 9 de marzo de 2013 se auguraba un acontecimiento y no era precisamente la fiesta del pueblo, que como bien sabemos todos se celebran en agosto para honrar a nuestro patrón Santo Domingo de Guzmán ¡Quién sabe si este bendito santo anduvo por estos lares! Sea como sea es a quien homenajeamos.
Los furgones, furgonetas, coches, camiones y camionetas que se acercaban a la Plaza del Conde de Retamoso (nombre rimbombante para la plaza de un pueblo tan insignificante), cargados de viandas (quesos, embutidos, bacalao, aceite, frutas, hornazo, empanadas, dulces caseros, mermeladas, miel, chocolate con churros, pollos asados, etc), muebles, accesorios, ropas, animales (gallinas, pollitos, patos, gallos, conejos, etc), cerámicas, electrodomésticos, etc. ¡En fin no faltaba de nada!  Venían de múltiples lugares como Fermoselle, Vitigudino, Cuelgamures, y hasta de Portugal, ellos serían los encargados de montar los tenderetes en los que exhibirían los productos y mercancías que ponían a la venta para que los paisanos y lugareños de los alrededores se acercaran a proveerse de lo que cada uno necesitara.
Esto no sería ninguna gran noticia si no fuera porque era la primera vez que se celebraba el Mercado de Cubo del Vino, una iniciativa del actual alcalde que ha sido, por fin, bien acogida por el pueblo. Un pueblo en el que la mayor parte de sus habitantes o son jubilados o están parados se merece que aquellos que tienen potestad para ello creen actividades del tipo que sea para que al menos por un día al mes, exactamente el segundo sábado de cada mes, los paisanos se sientan contentos, salgan a la plaza, hablen con los vecinos, intercambien opiniones, se provean de lo que necesiten y tomen un aperitivo. No en vano nuestra cultura se basa en el Foro Romano.
¿El mercado supondrá una inyección económica a la situación precaria del pueblo? No lo sé, pero de lo que sí estoy segura es de que al menos insuflará un balón de oxígeno a un lugar en el que predomina la quietud, inactividad y dejadez más absolutas.
Tuve la suerte de estar allí el día de la inauguración y me encantó el colorido de la plaza y del trinquete con unos 50 puestos diferentes. Además en todos los corros que se formaban en torno a los puestos de aperitivos, las opiniones eran de satisfacción y de esperanza en que este mercado permanezca mucho tiempo y en que se extienda la voz a fin de que cada vez se vaya conociendo en un radio más amplio y se consolide como el Gran Mercado de Cubo del Vino.
Tal vez dentro de ese erial de la dura meseta castellana  estén saliendo algunos brotes verdes.