Hoy que se celebra el día del Libro, todos estamos
un poco tristes porque nos sentimos huérfanos con tu marcha. Nos has dejado en
la más completa soledad que durará más, mucho más de 100 años. Ya no tendremos
a nadie que nos escriba con esas palabras que solo tú sabías manejar de manera
tan sutil. Todos los que te admiramos pasaremos a ser reconocidos con el
apodo de “Coronel”.
Has tenido una larga vida, vida repleta, imagino,
con tu familia, tu tierra, tus amigos, tus inquietudes, tus fiestas, tus
lecturas, tus escritos que tanto nos han acompañado y enseñado.
Fuiste rebelde porque fuiste real, pero tuviste la
inteligencia de poder llevar tu vida encauzada a través de ese realismo mágico
que reflejas en toda tu obra.
En tu marcha no has permitido que tu cuerpo se llene
de mariposas amarillas, sino que has decidido montar sobre el ala de las mismas
y que sean ellas, protagonistas de tu vida, las que esparzan tus restos por la
tierra que tanto amaste. Colombia y México, cuna y sepultura de un genio, serán
sembrados con tu energía, tu genialidad y tu espíritu para siempre.
Si en algún momento te sentiste atrapado por todo
aquello que detestabas como la violencia o la injusticia, ahora ya eres libre y
seguro que estarás disfrutando de esa libertad anhelada por ti y se la estarás
contagiando a todo ser que comparta la existencia contigo.
Gracias, Gabo por la herencia que nos dejas. Siempre
serás inmortal pues no en vano nos has regalado tanta belleza literaria, eso
nunca morirá.
Tal vez desaparezcan los libros en esta época en la
que la tendencia es la digitalización, pero jamás faltará ninguno de los tuyos
en ningún rincón del mundo, por alejado que esté. El papel sobre el que aparece
la maestría de tu literatura no puede privarnos de ser acariciado por las manos
que deseen soñar con tus escritos.