miércoles, 7 de marzo de 2018

DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

Por Ángeles Álvarez Moralejo
Puede resultar paradójico que seamos la mujeres las que hablamos de las propias mujeres, pero no queda más remedio, ya que a los hombres que llegue el día 8 de marzo les trae al pairo. ¿Por qué tiene que designarse un día a reivindicar los derechos de la mujer cuando debería hacerse los 365 días del año?
 Que yo sepa no hay un día dedicado exclusivamente al hombre para tal fin, claro ellos no lo necesitan porque para eso está el resto del año. Lo más curioso del caso es que cuando las mujeres nos implicamos en defender nuestros derechos, nos tachan de feministas y eso no es bien acogido en el mundo masculino.
A pesar de que poco a poco hemos ido adquiriendo parcelas de poder, sobre todo a partir de los años 70 del siglo pasado, todavía estamos a años luz de las cotas de poder de los hombres. A lo largo de la historia todo ha estado dirigido en función del hombre, de ello se ha ocupado especialmente la iglesia. La mujer tenía cinco funciones en la vida: nacer, crecer, parir, TRABAJAR y morir. Trabajar sin ningún tipo de incentivo económico ni de reconocimiento por parte de nadie, era una obligación. No tenían derecho a ningún tipo de libertades que no fuera la de estar sometida al padre y al esposo. Era el caso de mis abuelas, por ejemplo.
Afortunadamente nuestra generación ha sido más afortunada, pues a pesar de que no nos está siendo nada fácil, al menos hemos tenido más libertad de elección: podemos buscar un trabajo, elegirlo es más difícil, y cuando lo encontramos si es que lo encontramos, no podemos exigir mucho porque o lo tomas o lo dejas.
Recuerdo que cuando terminé la carrera, me vine a Madrid, pensando que esto sería el Dorado; sin embargo cuando llegué comencé a enviar CV a fin de introducirme en el mundo laboral. Envié 500 CV, de los que no recibí ni una sola respuesta. No me quedó más remedio que, al no encontrar a ningún mecenas que me facilitara un puesto de trabajo, tuviera que crearlo por mí misma. No fue nada fácil porque, claro, era una mujer y las puertas no se abrían fácilmente a una pobre chica procedente de un pueblo de Zamora, sin experiencia y con solo un título de Licenciada en Filología Hispánica, sin experiencia alguna. Eran los años 80 y no había interés por este tipo de licenciadillos.
Han pasado muchos años, pero la situación no ha experimentado grandes cambios. Si has llegado a conseguir algo, ha sido exclusivamente a base de esfuerzo, trabajo, dedicación y sacrificio.
Espero y deseo que con días como los de hoy, la mujer vaya equiparándose al hombre en todos los aspectos y que los políticos y gobernantes reflexionen y nos den a la mujer el lugar que nos corresponde fuera de prejuicios.

Todas tenemos que sentirnos orgullosas de haber nacido mujeres, de lo contrario no existirían todos esos que pretenden colocarnos en un estadio inferior.

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